Nunca nos damos cuenta de las cosas hasta que nos afecta o hasta que le afecta a alguien de nuestro entorno. No nos damos cuenta de los efectos en las zonas costeras que estamos provocando por nuestro maravilloso afán de destruir.
Los impactos en las zonas costeras están a la orden del día y ,como de costumbre, es el ser humano el que provoca esto. Observamos que hay una serie de factores que son protagonistas de este cuento sin final feliz.
El primero es el exceso de urbanización ya que ,hoy en día ,mires a donde mires ves edificaciones, esto provoca una gran pérdida de suelo e impide el modelado costero natural y hace que, al construir tan cerca de la costa, el mar trague más arena de la que debería, dando lugar a que los ayuntamientos de estas zonas tengan que gastar dinero en desplazar arena de otros sitios a sus playas.
Seguimos con la famosa contaminación de aguas por vertidos sin depurar, transporte marítimo y desembocadura de ríos contaminados.
También la aparición de blanquizales que son zonas muy erosionadas de fondo marino donde las praderas de plantas marinas han sido destruidas.
Y el último factor del impacto, pero no por ello el menos importante, es la bioinvasión por introducción de especies invasoras, como la gambusia o el siluro .
Primera foto de la gambusia y segunda del siluro.
Si queréis saber algunas soluciones aquí os las dejo :
-Recogida en grupo de residuos en las costas marinas.
-Construcción de edificaciones más alejadas del mar.
-Conservación y protección del ecosistema marítimo.
-Control de las especies invasoras y de sus impactos negativos sobre otras especies.
Y por último concluyamos con una frase corta; sé limpio, el mar no es tu papelera.
